Tofarain disfrutaba los últimos años de su vida en su propio negocio de reparaciones en el astropuerto de Kal’Shebbol, hasta que se presentó la Nueva República. Sus hangares de reparaciones y talleres mecánicos resultaron alcanzados durante la lucha que obligó al moff Sarne a huir de Kal’Shebbol, un misil rompedor mal dirigido fue a caer en medio del hangar de Tofarain, borrando del mapa su almacén de recambios, la mayor parte de su maquinaria y numerosas naves pequeñas en reparación. Por fortuna Tofarain y sus empleados se habían puesto a cubierto del ataque en una taberna cercana.
De modo que cuando la Nueva República empezó a reclutar una tripulación para la Estrella Remota, Tofarain fue de los primeros en presentarse. Exigió algún tipo de indemnización por la pérdida de su negocio de reparaciones. Y si la Nueva República no le podía indemnizar con créditos, insistió en que tendrían que alistarle en el viaje de la Estrella Remota, pues no le quedaba ningún sitio a donde ir. Se ofreció como jefe de transportes y piloto de transbordador, asegurándose una plaza en la Estrella Remota al "prestar" a la Nueva República su transbordador personal (que estaba atracado lejos de su infortunado negocio) para labores de transporte.